(HABLA EL PROFETA GIBRAN JALIL GIBRAN)
La ropa que puede ocultar mucha de vuestra belleza, no ocultará ninguna fealdad.
Buscáis en el traje el refugio de la intimidad, pero suele convertirse en arnés y cadena.
Ojalá pudiérais ofrecer más piel y menos telas al beso del sol y del aire, pues en el aire sopla el aliento de la vida y su mano acaricia en la tibieza de la luz solar.
Más de alguno dirá: es el viento norte el que ha tejido la ropa que nos cubre.
Si: el viento norte la tejió, pero su telar fue la verguenza y el lujo sus hilos.
Y terminada su labor, reía en la selva.
No olvidéis que el pudor no es más que un escudo contra el ojo del impuro.
Y si el impuro desaparece.¿Qué será el pudor sino un lastre un lastre o la mofa del espíritu?
No olvidéis que la tierra se goza hollada por vuestro pie desnudo y el viento juega feliz con vuestra cabellera.
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